Cuando aun no había cumplido 5 años, ya tenia un par de cosas claras: No me gustaba ir al jardin de infantes (kinder garden o como quieran llamarlo). Prefería quedarme en mi casa jugando, durmiendo o mirando dibujos animados, antes de encerrarme 4 horas en un lugar desconocido y con pocos atractivos para un niño de mi edad. Claro que por mas rabietas que armara, a mis viejos (mis padres) no les quedaba mas remedio que mandarme, porque ellos tenían que ir a trabajar y alguien tenia que cuidarme. Una vez que llegaba al jardín la cosa cambiaba un poco, porque la verdad es que extrañaba a mis compañeros de clase y como por esa época vivíamos en un departamento en la capital, había pocas ocasiones en las que podía socializar con otros chicos. Pero definitivamente, no me gustaba ir al jardín.
Nada de lo que sabemos es del todo cierto. Nada de lo establecido debe ser definitivo. Nada de lo malo tiene porque existir. La civilización es un invento nuestro. Nosotros la podemos volver a inventar.
lunes, 25 de febrero de 2013
lunes, 4 de febrero de 2013
Lo importante es la guita, la salud va y viene.
No quería seguir aburriéndolos con el titulo de la inseguridad la hacemos entre todos, pero tampoco quería dejar de profundizar en una de las causas de inseguridad que citara en dicho post: las enfermedades.
En realidad, me refiero a las cuestiones relacionadas a la salud en general, que puedan impactar en la vida de las personas. Sean enfermedades o secuelas de accidentes, podemos tomar a las cuestiones de salud como un factor que impacta en la seguridad de los miembros de la sociedad. De hecho, la salud es uno de los servicios principales que (en teoría) los estados deberían garantizar. Mas aún, hoy en día los servicios médicos pre pagos u obras sociales forman parte encubierta de nuestros salarios. Tal es la importancia de la salud en nuestras vidas, simplemente, porque sin salud, no hay vida.
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